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El Sikuri



El tema es amplio, y no solo se refiere al género musical andino del Sikuri, sinó a todo un criterio de ubicación de la existencia.

El poblador nativo de América, asumió desde siglos el lenguaje de la naturaleza y la tomó de guía. La historia está llena de esa concordancia, así como del respeto e intuición que se mantiene a lo desconocido; desde esta cosmovisión emerge la eterna esperanza de bienestar simplificada en las costumbres y las creencias. Es en este contexto, entre simbolismos y realidad, donde encontramos a los Sikuris.

El elemento material e instrumento musical del Sikuri es el Siku, este consta de dos partes separadas Ira (el macho) y Arka (la hembra), que se necesitan y complementan para conseguir melodías gracias a la técnica del diálogo musical; el Siku por lo tanto en su esencia se toca en pareja, y la Tropa (grupo de Sikuris) viene a ser la junta de varias parejas de Iras y Arkas que se fusionan para existir. A esta dualidad unitaria tanto del instrumento como de los instrumentistas y que viene a representar la concepción esencial para la vida, la conocemos como JJAKTASIÑA IRAMPI - ARCAMPI, entendido como ponerse de acuerdo, recibir-devolver, producir algo nuevo.

En las culturas del mundo el soplo está asociado con el génesis, la energía y la magia. En el Sikuri todo eso lo encontramos, desde las cañas cogidas de la Pachamama (tierra) y convertidas en Siku (instrumento), hasta el fervoroso arrebato humano del Sikuri (músico) que al darle su aliento lo transforma en Sikuri (música); música destinada nuevamente a la pachamama, pues su función es propiciar la buena cosecha. Es el simbolismo de la vida, el ciclo y la eternidad; por eso cada sesión de Sikuris intuitivamente desemboca en ritual, su energía trasciende lo artístico y evoluciona en espiritualidad y vigor.

La música de los Sikuris

El género musical del Sikuri pervive con sus características tradicionales, estas son tan antiguas como actuales; son herencias vivas inmunes al tiempo. El Sikuri guarda su mensaje entre los simbolismos de su forma musical.

El Sikuri típico está en compases binarios de 4 tiempos generalmente alterados por algunos compases de 2. Existen también estilos en compases uniformes de 3 tiempos.

En la estructura típica del Sikuri hay una constancia en sus partes que podemos resumirlo así:


En donde A vendría a ser un planteamiento, B la reflexión y C la respuesta. La introducción es breve y solemne, seguida a veces por una corta arenga al unísono de la tropa. Al final de cada parte se halla un estribillo común conocido entre otros nombres como "repique" y que da dinamismo y unidad al tema. La fórmula ABC se repite varias veces, por lo general acelerando la última.

La orquestación de los Sikuris

Una observación de las proporciones de tamaños en los grupos de instrumentos hallados en excavaciones arqueológicas, permite dilucidar una cercanía entre el sonido que podrían haber emitido hace siglos y la orquestación actual de los Sikuris. La relacion entre los tamaños de instrumentos de una tropa (grupo de Sikuris), se basa en proporciones métricas evidentes en consonancia con los intervalos sonoros que los separan; por ejemplo tomando como base un Siku de tamaño A y buscando una orquestación de 5 voces, encontramos lo siguiente:


En donde los números superiores indican proporciones, y los inferiores se refieren a los intervalos musicales.

Esta es una entre otras formas de orquestar, los nombres mencionados son los comunes, aunque suelen emplearse otros según las regiones. La cantidad de voces varía según la característica y estilo de la tropa. El número de parejas por sección guarda un equilibrio estético orquestal donde destaca como guía el sonido de las maltas. Las escalas utilizadas también difieren, se pueden localizar pentafonías, hexafonías, heptafonías, etc.

Las distintas voces de la tropa se dan en forma de melodías paralelas, en donde los sikus grandes con sus notas graves sinplifican estirando algunas notas; todo esto junto al innato instinto por la síncopa, originan el peculiar aire y armonía del Sikuri. Los mismos tañedores de Sikus se acompañan con la percusión de bombos o Huancaras que sumados al esfuerzo y calor de la música, origina en ellos un natural y característico movimiento que se convierte en danza; la tropa por lo tanto es a la vez unidad de músicos danzantes.